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viernes, 18 de diciembre de 2009

Cuento de navidad


Era una noche fría antes de navidad y el pobre Bismutín dormía plácidamente. En sueños vino el fantasma de la navidad pasada y lo llevó a las navidades de hacía un año. Allí estaba Bismutín trabanjado como un mulo. Viajando más que el Willy Fog, mintiendo como un bellaco sobre las excelencias de los productos que ofertaba, pasando frios invernales y calores estivales, viendo poco a su pequeño bástago, riendo chistes sin gracia a jefes y clientes...una vida de insatisfacción y estrés a la que debía rendir pleitesía para poder llevar un plato a la mesa en las noches frías de Navidad.
Después vino el fantasma de las Navidades actuales y le mostró como lo despedía dicha empresa, en estas fechas señaladas para estar con la familia, haciendo que fuera a Málaga con la excusa de una supuesta reunión para debatir ciertos asuntos. Bismutín observó como se reunía en Athome una serie de individuos y discutían sobre disminución de beneficios. "No estamos ganando tanto" dijo Gerifalte primero, "algo tenemos que hacer" opinó Gerifalte segundo, "reduzcamos gastos y así podremos seguir obteniendo pingües beneficiós" motejó Gerifalte tercero, "despidamos pues al treinta por ciento de los empleados así seguiremos conservando nuestros riñones recubiertos con una enorme capa de grasa y nuestros colchones llenos de billetes" gritó presa del éxtasis Gerifalte cuarto. La vocecilla de Bismutín flotaba en el aire diciendo " pero es Navidad y tengo un hijo de recién nacido, no nos podemos quedar en la calle". Por supuesto la pobre voz de Bismitín no la podían escuchar los Gerifaltes.
El fantasma de la Navidad actual desapareció y vino a visitarlo el de la Navidad futura en la que Bismutín se vió estudiando unas oposiciones de Secundaria, porque la empresa privada es un lobo para el hombre, rezongando por el injusto sistema de oposición pensada sólo para que los interinos con muchos años se las saquen sin pegar palo al agua y con un pequeñín que corría a su alrededor sin dejarle estudiar, riendo y saltando y pidiéndole a Bismutín que jugara con él.
Entonces se despertó, se dio cuenta de que no todo había sido un sueño pero a pesar de eso una sonrisa se le escapo de su boca al recordar que era Navidad.