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viernes, 15 de enero de 2010

La gomiescoba

Debido al reciente nacimiento de mi hijo me he visto obligado a prescindir de uno de los grandes inventos en la historia de la civilización: LA ASPIRADORA.
Evitar el rugido del tigre de Bengala cuando se despierta me ha hecho utilizar uno de los ingenios del maligno, que no es otro que la gomiescoba. ¿Qué es la gomiescoba? supongo que os estaréis preguntando. La gomiescoba, como su nombre indica no es sino una escoba hecha de una goma negra.
Supongo que quereris saber por qué le tengo tanta manía a dicho aparatejo, Dicen las marujas y marujos más forofas y forofos, pues en este blog de aboga por la igualdad de sexos, de este ingenio que es buenísimo pues saca toda la porquería. A dicha afirmación debo decir: UNA MIERDA, lo que hace es que se pegue por electricidad estática toda la pelusa para luego y sin previo aviso, desprenderse en el lugar menos oportuno para que tengas que volver a pasar la escoba ad aeternum, de tal manera que la faena que te lleva escasa media hora con la clásica escoba de plástico de toda la vida se convierte en una ardua labor de una hora, para luego descubrir que no te ha servido de nada al pasarle el mocho.
Por esto digo que odio con toda mi alma la gomiescoba y a su inventor.

jueves, 14 de enero de 2010

El mojón

Hoy he vivido un episodio desagradable que desgraciadamente se repite con demasiada facilidad. Fui a comprar a un supermercado, llamémosle Metadona, y a la hora de pagar vi una cesta de compra sola en la cola, dos opciones ofrecía dicha situación, a saber:
A: El Hombre Invisible hace la compra en mi supermercado de confianza.
B: Alguien había dejado el mojón para proclamar a modo de testigo mudo que estaba antes en la fila sin, por supuesto, estarlo.
Como la cola había trascurrido tranquila y el mojón seguía delante mío, decidí colocar mi compra en la cinta transportadora, pues ya me tocaba. De repente oigo una voz varonil diciendo:
Voz varonil: Perdona yo estaba aquí
Voz chichinavezca de Cuallis: No lo creo, te habría visto
Voz varonil: Es que he ido a por un cartón de leche así que déjame pasar.
Ahora es cuando yo le digo con voz chulesca: "Lo siento, caballero, así no se hace una cola" y sigo con mi tarea de colocar la compra en la cinta trasportadora.
Un filósofo me enseño un día que el mundo se divide en enrollaos y pringaillos. Por desgracia yo pertezco a la segunda categoría. Así que agaché mis orejas y me cambié de cola, eso si rumiando mi derrota a la vez que recordaba la máxima QUIEN SE FUE A SEVILLA PERDIÓ SU SILLA.
Desde aquí hago un solemne juramento, A DIOS PONGO POR TESTIGO QUE JAMÁS DEJARÉ QUE SE ME CUELEN UTILIZANDO EL MÉTODO DEL MOJÓN. Y os pido a los pringadillos del mundo que os unáis a mí en esta solemne cruzada contra el mojonero.