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viernes, 19 de noviembre de 2010

Jasón responde a Medea

Querida Medea:
El subtítulo de mi blog dice lo siguiente: "Blog literario en el que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Los personajes que aparecen aquí son ficticios y frutos de mi delirante imaginación".
Eso, aunque no necesita aclaración, quiere decir que parto de una situación ocurrida para exacerbarla, en su tercera acepción en la RAE:Intensificar, extremar, exagerar; y no en su primera:Irritar, causar muy grave enfado o enojo. Es por esto que debe ir por delante mi disculpa si la persona que creo se siente ofendida o por la que usted se ha ofendido está dolida.
Esto que voy a escribir ahora es totalmente real y sale del corazón.
La compañera de la que habla en su comentario me merece todos los respetos, es más, es una de las mejores profesionales que he conocido. Es desinteresada en su trabajo, simpática, gran profesional y mejor persona, inteligente y sobre todo una de las mejores compañeras que han pasado por mi centro de trabajo.
Es por todo ello que me preocupa que se haya podido sentir molesta por lo que escribí. El problema es que yo escribí fue un cuento distrópico, no una crónica sobre un acontecimiento ocurrido. Aproveche una situación que pasó en mi instituto para crear una astracanada, una exageración, una hipérbole. Este desvarío como el mito de la caverna es un muy pálido reflejo de la realidad, es más (ya no se si "mas" va o no con acento, bueno en realidad si lo se, por cierto, ¿"se" de saber va con acento? creo que no ya que al ser monosílabo no se le debe poner, pero ¿es necesario par diferenciarlo de los adjetivo, determinante o como diantre le llaméis los ahora los profesores de lengua.
Retomamos; es como si Juan Carlos I se disgustara por que se hubiera escrito El traje del Emperador. Usted que es de lengua tal vez hayas sufrido un equívoco por haber tomado la primera entrada del término cuento del diccionario de la RAE:Relato, generalmente indiscreto, de un suceso. Como no la veo tan torticera, quizás fuera que no ha leído el subtítulo de este escrito. Yo quise realizar tomando la segunda y tercera entrada del diccionario una relación, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invención, una narración breve de ficción. Supongo que con esto queda totalmente clara la falsedad de dicho documento como la de todas las entradas de este blog sin necesidad de buscar ningún aval.
Espero le haya quedado claro lo relacionado con mi texto. En cuanto acabe de escribir esto iré directamente a esa compañera y le explicaré de palabra lo que a usted le he escrito, rogando me perdone ella si en algo la he ofendido y poniéndome a sus pies, de ella, para que si esos son sus deseos haga desaparecer dicha entrada.
En cuanto a su descalificación personal hacia mi, he de comentarle que los profesionales del ramo consultados no encontraron ningún cuadro paranoico, solo, sin acento, una depresión por la que me recomendaron escribir en tono humorístico lo que me pasaba. También hicieron dichos profesionales otras valoraciones sobre mi capacidad intelectual y afectiva que por pudor no voy a repetir aquí.
Se que no soy todo lo buen compañero que debiera ser ya que antepongo la verdad al compañerismo en todos los casos y es por esto que me siento dolido por pensar que usted creyó que no soy capaz de decir las cosas a la cara y que me tengo que esconder bajo un alias y escribir obscuros alegatos de mi mente enferma. No es ese mi caso y lo que digo con mi nombre es la verdad de lo que pienso y lo que escribo bajo alias es literatura, de ínfima calidad pero literatura.
Se que no soy buen escritor, se que tengo errores gramaticales y que mi ortografía es deplorable. El problema de esto tal vez sea debido a que sus colegas profesores de lengua estaban más preocupados, cuando daban clase, de que se supieran hacer análisis morfológicos, sintácticos y arbóreos y de que lo que antes se llamaba determinante ahora es adjetivo y lo que antes era nombre ahora es sustantivo que de enseñar a escribir, a redactar que al fin es lo que se pretende en la enseñanza de una lengua. En sus manos está el que sus alumnos logren redactar con corrección. También he de decir en mi descargo que muchos de esos errores son debidos a que no repaso lo que escribo. Conforme redacto lo mando para que haya cierta frescura en lo contado.
PD. ¿De verdad crees que cuesta poco ser feliz? Digame como lo haces y así aplicaré yo y quien esté interesado la receta a todo el mundo.

2 comentarios:

Medea dijo...

Lo de la felicidad, pregúnteselo a su psicólogo o psiquiatra, que tanto respeto le merecen. Por lo demás, estoy satisfecha si se disculpa. Solo otra cosa: si tanta ficción hay en su relato, ¿cómo es posible reconocer tan claramente sus personajes en personas reales? Cuide su estilo literario y no olvide que más de uno sabemos disfrazar la realidad con supuesta literatura.
Saludos.
P.D.: Mente clara, mirada limpia y corazón sereno. Empieza por ahí, si las recetas que otros te den para la felicidad no te funcionan. Quizá más que un ejercicio literario, debas hacer un ejercicio vital.

Cuallis dijo...

Veo que aplica recetas para la felicidad a otros que no se aplica a usted. Ante la pregunta de ¿cómo es posible reconocer tan claramente sus personajes en personas reales? Usted ve en personajes de ficción a personajes reales porque no tiene una mirada limpia ni un corazón sereno.
Y para que la gente juzgue, este es el personaje del cuento "señor que también tenía muchas subvenciones para libros, poco espacio y pocas ganas de mancharse de polvo" y esta es mi compañera: Una chica, profesora de lengua que en sus ratos libres se ocupa de una biblioteca con la mitad de las estanterías vacías y que está también dedicando tiempo de su vida privada en hacer un curso sobre gestión de bibliotecas. Supongo que no hace falta comentar nada más.
Los malentendidos con mi compañera han sido resueltos con satisfacción, espero, por ambas partes, así que puede dedicarse usted a otros menesteres que, seguro que tendrá cosas más importantes que hacer que malmeter e intrigar.
Creo que ya he sido bastante tolerante aguantando sus descalificaciones e impertinencias en ésta, mi casa; por esto ruego se olvide del tema.
Me aburre soberanamente tener que contestar a insolencias e insultos, así que como Jasón hizo con Medea abandono toda comunicación en este momento con usted.