La Gómia es una Arpía, en la mitología griega (en griego antiguo Άρπυια Harpyia, ‘que vuela y saquea’) Pero la gomia es una arpía moderna que no vuela ni saquea sino que se desplaza en un Clio y recauda para las arcas públicas.
Recordemos de nuestras clases de latín que las arpías eran hermosas mujeres aladas, conocidas principalmente por robar constantemente la comida de Fineo, antes de que éste pudiera comerla, haciendo cumplir así un castigo impuesto por Zeus. La Gomia es mi peculiar arpía. O sus amigos somos sus particulares Fineos. Posee, como algunos rumiantes, tres estómagos en los cuales puede albergar la ración de un regimiento de húsares austrohúngaros sin que su esbelta figura se vea afectada por la contingencia de la ingesta de una tonelada de alimentos. La Gomia sólo piensa en comer. Desayuna fuerte, almuerza cual albañil en el tajo, come cual náufrago recién rescatado, hace su merienda-cena como el tierno adolescente que viene del entrenamiento de futbol, luego cena como si fuese la última comida del reo y por ultimo cuando se va a la cama se come un yogurt porque si no le da hambre y no se puede dormir.
En nuestro último viaje a Alemania fue capaz, después de comerse a un buey entero relleno de viandas varias, de comentar, y esto os lo juro que es verídico ,“ ¡Que hambre!, bueno la verdad es que estoy llena pero me gustaría no estarlo para poder comer “, acto seguido en una parada compró fruta para rebajar. Llegados a este punto yo me rendí y dije:”Esta mujer me ha ganado, reconócelo Cuallis, jamás podrás estar a su altura, esta no come más por los ojos que por la boca, esta es la némesis de esa expresión, come tanto por los ojos como por la boca".
Las arpías, Hesíodo, las describía en su Teogonía como criaturas de «adorables cabellos»,aquí no se equivocó Hesiodo con la Gomia, un largo y terso pelazo azabache puebla su ínclita cabeza. Este es otro de los misterios de La Gomia, siempre lo tiene limpio, a pesar de que sólo se lo lava una vez a la semana, ¿dije se lo lava?, se lo lavan, pues ella va a la peluquería. Varias veces he estado tentado de preguntarle donde va y que néctares y ambrosías conocen esas peluqueras, que secreta alquimia esconden los productos confeccionados por estas arquitectas del cabello, pero no me he atrevido por miedo a que después de revelarme su secreto me tuviera que matar y me comiera untado en salsa holandesa.
La Gomia solo tiene un punto débil y es que odia a los roedores. Quizás sea por la afición de estos animalejos de guardarse la comida en la boca en vez de comérsela. No comprende que no ingieran cuanto mas mejor y es por eso que los detesta como a enemigos mortales de su
modus vivendi.
Según la mitología las arpías eran despiadadas, crueles y violentas y vivían en las islas Estrófades. En esto la cosa se ha suavizado. Yo tengo la teoría de que las antiguas arpías tenían ese carácter porque no comían lo suficiente. La Gomia al tener una alimentación sana y equilibrada ha logrado que su carácter sea mas tranquilo y afable, pudiéndosele sólo calificar de peleón. Por todo esto y por ser natural de Patiño y no de una de las islas Estrófades es conocida también como “La Follonera de Patiño”.
La teoría se resolverá en breves meses pues, tiembla mundo, La Gomia ha iniciado un plan de adelgazamiento por el cual va a reducir su ingesta a sólo un becerro, dos cabritos, un cerdo, seis gallinas, veinte huevos, cuatro sandías y una tableta de biomanán. Sus allegados la hemos tratado de disuadir pues no hay necesidad de tal reducción en la dieta ya que al estar tocada por la barita de Zeus por mucho que coma no engorda.
Bueno, queridos lectores, si no vuelvo a hacer entradas en el blog es porque en un ataque de hambre La Gomia me ha comido.
2 comentarios:
jejejeje, dios mío cuallis lo has clavado¡¡¡¡¡ y doy fe de que aún vives...pues andas y por supuesto comes. Pero ten en cuenta que todo ello se debe a que en el nuevo planing de la gomia aún no entran literatos, posiblemente por ser demasido fuertes para su "fragil" estómago.
Eso espero, de hecho La Gomia se siente complacida por la entrada y ha tenido a bien el concederme con su magnanimidad infinita el perdón y no deglutirme ipsofacto.
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