De todos es sabido mi escaso, sino nulo, interés por la disciplina de Tepsícore, es decir, por la danza; Bueno, mas que por la danza que es algo complejo y que contiene un carácter artístico que lo hace ser una manifestación del espíritu humano, por el baile, el oficio de menear el esqueleto.
A pesar de esta condición inherente en mi persona me voy a permitir unos consejos para cuando vayáis de pesca, a divertiros o simplemente os veis atrapados por una señora que os obliga casi a punta de pistola a salir a hacer ejercicio con música.
Mención importante merece el reconocimiento del espécimen de mosca cojonera que se empeña en sacaros a bailar en las bodas, a traición, cuando tú estás la mar de bien con tu cubata, conseguido tras ardua pelea en la barra libre del salón de celebraciones, sentado en tu mesa o de pie hablando sobre la cría en cautividad del motete de río. Situación funesta es esta en la que la amiga de tu pareja o esa madre que es carne de tu carne y sangre de tu sangre o tu propia pareja en la que has puesto todas tus complacencias decide que estás aburrido, que no eres suficientemente enrollado o sencillamente quiere jorobarte porque sabe que prefieres saltar sobre un avispero o correr los San Fermines delante de un búfalo cafre antes de bailar ese maldito reguetón que está perforando tus oídos como si de una gota de plomo hirviendo se tratase. Bien, esa furia del Tántalo te saca a bailar y ya no hay vuelta atrás. Tienes que mover tu cucu o serás denostado por la manada la cual te tratará como al impala enfermo al que deciden sacrificar al león en beneficio del grupo.
Ante esto, ante esa timidez que yo he tardado años en asumir, desarrollé una técnica sin fisuras: Si no estás borracho o no quieres hacerte notar basta con aplicar la regla de oro, el gran secreto, la norma eficacísima que tan sólo conocen los muy iniciados: el secreto del baile consiste en moverse lo menos posible.
Eso no quiere decir quedarse quieto como un palo sino que no se deben dar saltitos tontos, ni separar o elevar las piernas mas de la cuenta, ni mover los brazos como si un enjambre de abejas africanas te estuviera atacando.
Para bailar hay que seguir al tío del bombo que por mi experiencia musical es un señor poco dado al virtuosismo rítmico y de sencillez reconfortante para estos menesteres. Cuando haga boom mueves el pie derecho y cuando vuelva a hacer boom el izquierdo y así sucesivamente. Si sabes solfeo el consejo es mas fácil: baila las negras. Si te empeñas en bailar de las corcheas para abajo la posibilidad de caer en el temido ridículo aumenta ad infinitum.
Para terminar, recuerda que dicen que el baile es una imitación del sexo, por eso desconfía de las imitaciones.
En bragas y camiseta
Hace 3 horas
1 comentario:
Va a ser que yo tengo algo de turrera y, como dice mi tía Isabel, "en Turre hasta la moscas son graciosas"; de otro modo no entiendo cómo has aguantado todos los bailes que hemos echado.
Por cierto, sería aconsejable que aclararas que para mayor eficacia es indispensable llevar bolsillos.
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