Todos vemos al Che como la quintaesencia de la revolución. Quien no tiene o ha visto una camiseta con su cara, calado con esa bohina de cateto a babor que mejora gracias a la estrella revolucionaria. Está claro que morir en Bolivia balaceado ayuda mucho pero ¿fue realmente un revolucionario “revolucionario”? La respuesta es NO, fue un revolucionario del montón como podría serlo un Lenin o un Robespierre. Lo fácil es llegar a la revolución a través de la violencia, lo difícil es lograrlo sin pegar un tiro y aquí es donde se muestra un revolucionario que realmente revoluciona.
Si queremos hablar de un revolucionario de la revolución tendremos que hablar de Gandhi, un tío que derrocó a todo un Imperio Británico a través de métodos que rechazaban la lucha armada, con marchas pacíficas, desobediencia civil y huelgas de hambre.
Un lider al que agreden y humillaban y ve como su esposa muere en la cárcel, coge una turbamulta de indios y la lía pero él, respondió a esos graves hechos con una clara indicación de los valores que mantendría por toda su vida: responder ante la violencia con la no violencia.
El problema es que la imagen de Gandhi no vende camisetas. Su pinta de cegato calvo con ropa de monje pordiosero no vende, y encima no es blanco, es de raza hindú. Conclusión nos vamos a quedar con el Che que vende más y murió joven y guapo.
En bragas y camiseta
Hace 1 día
2 comentarios:
Sin contar que Gandhi se parece demasiado al actor que hacía de Mortadelo, no te olvides de eso.
Cierto, cierto
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